Leer Relato:
Un imbécil cualquiera.
Despierta
cada día y lo primero que hace es sonreír; a la vida, que le respira encima con
aires tan calientes que ni siquiera se abriga en la noche.
Sale
de la cama… ¿Qué escribo? ¡Salta de la cama! Y observa en el espejo del dormitorio
el gesto de un iluso, sí; mas tan enamorado que no consigue esconder tanta
tontería estúpida.
Tiene
un plan, majadero e insensato; «imposible», se escucharía con malicia
envidiosa... Sin embargo, corre, empeñado en estamparse contra los ladrillos
mudos, esos que no gritan, tan solo miran y aguardan.
Esperad,
hacedlo cómodos… porque este idiota con alas no entiende de muros; y cuando os salte,
diréis:
«Bah, un imbécil cualquiera…».
Y
el imbécil sonríe. Enamorado.
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