Leer Relato:
In love with New York.
Transito
las avenidas, interminables; la Quinta, Broadway, esta misma y la de más allá…
y cuando duelen los pies de recorrer Manhattan de abajo arriba, con el cuello
escorzado hacia las columnas que tocan el cielo, pierdo la cuenta… treinta y
seis, cuarenta y seis… ¿qué más da?
Poetas
pasados anduvieron antes mis pasos, poetas que vieron muerte; sin embargo, Rachmaninov
y yo nos sentimos dichosos de haber estado vivos entre estos colosos. ¡Claro
que nadie duerme en New York, querido Federico!; ¿quién podría hacerlo entre
tantas memorias…? No; el veintinueve quedó ya muy lejos de esta ciudad, esta
que vieron mis ojos y no alcanzaron los tuyos.
Camino
solo; cogido de la mano de mi voz, que me grita una y otra vez: «¡Vive, vive
para contar que lo estás; vive y atrapa en las retinas esta belleza!».
Y
no puedo cerrar los ojos, querido poeta... ¡Que nadie me azote, juro que no los
puedo cerrar! Ay, New York… ¿qué me has tatuado, que vuelvo a la que suponen mi
casa, y suspiro por volver a tus abrazos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario