El Tiempo.
El
color del cielo es celeste, el campo verde, y las sábanas que el sol brillante seca
son blancas, como el aire fresco que las ondea.
El
Tiempo es un canalla, que se empeña en colorear mis pasos. Y la vida corre con
el Tiempo pintando el cielo gris, los campos marrones, y las sábanas, las mías,
se sienten ocres bajo un sol leonado que no me canso de mirar.
El
Tiempo no se acaba; no; son mis ojos; que se queman, oxidados por un viento
cada vez más suave conmigo. Y dejaré de bailar con él.
Da
miedo dirigirse al Tiempo, infinito, que sé bañará en negro mi mirada cuando
termine de teñir la memoria; pero hasta entonces, tocaré a Bach, eterno. Y Dios
quiera que al menos se apiade de la música.
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